Publicado en el "Anuario 2015" de la Hdad. de la Santísima Vera+Cruz de Sevilla. (Febrero 2015)
Sevilla, “Ciudad de la gracia” de las divagaciones de José
María Izquierdo; explicada por Chaves Nogales; retratada por la familia Arenas
y admirada por Luis Ortiz Muñoz; patria de los pícaros del siglo de oro que
ansiaban la fortuna en las Indias; Ciudad Insólita de Morales Padrón y vocablo
musical de Antonio Rodríguez Buzón.
En este nuestro bendito sueño que llamamos Sevilla, cada
año tiene lugar el Pregón: ese anuncio solemne de nuestras Fiestas Grandes como
son la Semana Santa y el tiempo de las Glorias, donde un cofrade es elegido
para ser la voz del pueblo que anuncie a todos los días grandes que vamos a
vivir, y que constituye ese referente de lo que ocurre en sus calles, bañadas
en ese sentimiento de impaciencia de las horas previas y que constituye el
aldabonazo de salida de la cuenta atrás impregnada de aromas de incienso, cera,
azahar y envuelta en sonido de marchas procesionales.
El Pregón, que comenzó allá por 1937 siendo de la Semana
Santa, y que años después también lo es del tiempo de las Glorias. Pregón que
también llegó a los ámbitos universitarios, y por supuesto se ha exportado a
las poblaciones vecinas que también tienen este anuncio solemne de su Semana
Mayor.
A lo largo de los años muchos han sido los hermanos de
Vera+Cruz que han tenido el privilegio de ser pregoneros de la Semana Santa: Celestino Fernández Ortiz en1955, Antonio Soto
Cartaya en 1978, D. José Luis Garrido García-Bustamante en 1990, Rafael de
Gabriel García en 2004 y que también lo fue de las Glorias en 1997 y Pregonero
Universitario en 1991. También lo fueron de las Glorias Tomás Manuel del Rey
Tirado en 1998 e Irene Gallardo Flores en 2008, y Jesús Domínguez Gómez lo fue
Universitario en 2007.
En este año 2014, nuestra Hermandad se volvió pregón,
pues se dio la feliz circunstancia que cinco de sus miembros fuesen designados
pregoneros de los Armaos de la Macarena, Sanlúcar de Barrameda, Pedrera, Dos hermanas,
Y Sevilla… Y en todos ellos estuvo
presente la Cruz: esa Cruz que cada día tomamos para seguir al Santísimo Cristo
que con los brazos abiertos nos espera en ese trono de leño sagrado que nos une
en su nombre.
RAFAEL DE GABRIEL GARCIA
Pregón de los Armaos de la Macarena
El viernes 4 de Abril de 2014, N.H. Rafael de Gabriel García pronunció
en la Basílica el Pregón de los Armaos de la Macarena. Presentado por D. Carlos Colón Perales
–Pregonero de los Armaos en 2013- Rafael sustentó su discurso en las Virtudes
Teologales: FÉ, ESPERANZA Y CARIDAD. El Pregón tuvo prosa y verso. Llevó ocho
poemas: dos romances al Señor de la Sentencia,
dos romances a la Centuria Romana, una poesía al Señor del Gran Poder, y
una Octava Real y dos romances a la Esperanza Macarena.
Digno de destacar es el emocionado recuerdo hacia dos hermanos de la
Vera Cruz que ya están en el Cielo: Diego Luna Vaquero (nuestro Mayordomo) y
Antonio Salado Argibay (uno de los cuatro hermanos jóvenes que en 1978 ganaron
para la Virgen de las Tristezas la Rosa de Plata de “Cruz de Guía” en Radio
Sevilla). Reproducimos ahora en nuestro Anuario las alusiones de Rafael a sus
hermanos en la Vera Cruz Diego y Antonio; así como la Octava Real que llevó el
Pregón:
“Este
año faltará en San Lorenzo uno de sus grandes, admirador de los Armaos de la Macarena;
mi amigo del alma Antonio Salado Argibay “Salvin”, que tenía amigos en la
Centuria. Devoto del Señor del Gran Poder y de la Virgen de la Esperanza.
Camino de tres años y medio luchó –igual que valeroso legionario romano- con la
durísima enfermedad que le hizo vivir permanentemente en el Calvario de Su
Cristo de las Siete Palabras, del que fue siempre nazareno enamorado, al que
sus amigos íbamos cada año a buscar con ilusión desde la niñez. ¡¡Cómo lastima
tu ausencia, hermano!! … Más nos consuela saber que lo último que vieron tus
ojos en este Mundo; Salvin; y lo que te abrió las Puertas del Cielo, fue el
Rostro de la Virgen de la Esperanza, en
el Retablo de azulejos que de siempre conservó amorosamente tu familia.
ELLA
HACE POSIBLE LO IMPOSIBLE. No puedo evitar acordarme
de Diego Luna Vaquero, costalero de la Esperanza, de la Amargura y de mi Virgen
del Dulce Nombre; mi amigo y hermano en la Vera+Cruz -donde muchos años atrás
fuimos primera pareja de cirios de la cofradía-, que ya está en el Cielo. Sufrió
la Cruz de una tremenda enfermedad, al punto de que un buen amigo, médico, con
amplísima experiencia en enfermos terminales, me llegó a decir, no sin tristeza
en sus ojos, una Cuaresma, que no saldría del Hospital. La Virgen hizo que saliera del Hospital, y
que –un año después- en la Semana Santa
siguiente, fuera de contraguía del Palio. En Sor Ángela lo vi. Iba Diego pegado
al Manto y bajo la manigueta derecha trasera, y sólo pude llorar como un niño,
y repetir, tras el Manto de la Virgen, lo que respondía Fray Leopoldo de
Alpandeire cuando escuchaba decir AVE
MARÍA PURÍSIMA: “EN GRACIA CONCEBIDA”, porque una vez más vieron mis ojos que
EN ELLA ESTÁ LA GRACIA DE DIOS.
Nunca Fuiste privada de Belleza
jamás nada podrá igualar siquiera
el Morar Permanente en la Pureza
-en Florecida Eterna Primavera-
de Tus Ojos, Tu Gracia y Tu Grandeza,
Lo Más Trascendental qué Dios Hiciera.
Eres Siempre Ilusión que Reestrena
y Vida y Esperanza Macarena.”
Antonio Bejarano Ruiz
Pregón de la Semana Santa de Sanlucar de Barrameda
El Domingo de
Pasión 6 de Abril, el vestidor de Nuestra Amantísima titular María Stma. De las Tristezas, Antonio
Bejarano Ruiz, tuvo el privilegio de anunciar la Semana Santa de Sanlúcar de
Barrameda. En el Auditorio de la Merced de dicha localidad, antigua iglesia del
mismo nombre adaptada ahora a usos culturales.
Comenzó Antonio hablando
de su vínculo con Sanlúcar y Sevilla, de sus devociones y de las imágenes de la
Virgen que viste donde no falto la
mención a nuestra titular y muy destacable fue el pasaje dedicado al Stmo.
Cristo de la Veracruz de Sanlúcar que reproducimos a continuación:
“RECUERDOS
DE LA VERA+CRUZ
Dicen que
los recuerdos de la infancia nunca se olvidan... y hoy, os quiero contar mi
primer recuerdo de la Semana Santa de Sanlúcar...
Una calle
estrecha, capirotes que danzaban con el movimiento que la perspectiva de mi
corta estatura me permitía y la compañía de mis padres que me vigilaban
mientras me adentraba entre el público para ver aquel paso de Cristo...
El blanco
de las casas encaladas, el viejo farol que jugaba con las sombras reflejando el
cuerpo inerte del Redentor y la magia de descubrir a Cristo crucificado con tan
corta edad hace que hoy siga recordándolo con la misma nitidez que aquel
Viernes Santo en el que por vez primera te descubrí para grabarte de por vida
en las retinas del alma.
No sé si
fue su portentosa cabeza... no sé si el torso maltrecho, quizá las manos
clavadas, no sé si la muerte hecha muerte en el rostro de aquel Crucificado los
que marcaron tanto mi vida para hoy recordarlo.
Cristo de
la Vera Cruz, el crucificado que descansa en la Parroquia de la O, es el
emblema de la Historia de la Semana Santa sanluqueña cuando el Arquillo de Rota
se achica para rozar tus manos inertes la tarde del Viernes Santo.
Primer
recuerdo cofrade de mi vida, con cambios, idas y venidas, momentos buenos y
malos como cualquier persona... cómo no vamos a aceptar nuestros designios si tú
eres el Dios de Sanlúcar y has tenido un peregrinar que nos sirve de ejemplo...
Del
Convento de La Merced al de Madre de Dios, de la Iglesia del Carmen a la Iglesia
Mayor de la O. De duques y carreteros. De la Sanlúcar antigua y de la Sanlúcar
actual, eres sin duda un fuerte puntal que guarda con esmero a este Dios
crucificado que el Viernes Santo nos traslada al recuerdo de siglos pasados.
Ay! Cristo
de la Vera Cruz... de mis recuerdos eres tú el inicio de una vida que no
entiendo sin las cofradías...
Sin duda,
una de las mejores imágenes Cristíferas de toda Andalucía. Un virtuosismo en tu
hechura, un ejemplo a seguir en tu policromía y lo más preciado de todo, la
unción Divina que supo darte aquel que te tallase y al que hoy le doy las
gracias de haber nacido para que pudiésemos rezarte.”
Juan José Caravaca Silva
Pregón de la Semana Santa de Pedrera
Ese mismo día, quien suscribe estas líneas, fue el
encargado de exaltar la Semana Santa de Pedrera, localidad de adopción a la que
se siente muy ligado por ser la cuna de sus suegros.
El pregón fue un canto a Pedrera, recorriendo el
calendario anual de sus fiestas y celebraciones uniéndolas con sus Hermandades
y las imágenes de su devoción. También basó su discurso en los fines
fundamentales de las Hermandades: culto, formación y caridad a los que
relacionó con las virtudes teologales Fe, Esperanza y Caridad.
Extraemos el pasaje dedicado al Señor de la Sangre,
devoción de la localidad y que llegó a la misma llevado por los Hermanos
Menores de San Francisco camino de Antequera.
“Junio es también el mes de la celebración de la Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, y por tanto celebramos con júbilo a quien, desde que llegó a Pedrera llevado por los franciscanos camino de Antequera, es la devoción secular de la localidad y protector de la misma. No es de extrañar su advocación de la Sangre, pues los hijos de San Francisco han sido los principales impulsores de la devoción a la Santísima Veracruz de Nuestro Señor y su Preciosísima Sangre, desde que en 1342 fueran designados custodios de la basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén y ser los depositarios de la Auténtica Cruz de Cristo, al haber sido la reliquia objeto de varios robos y para evitar nuevos, se procedió a dividirla en cuatro trozos, de los que uno quedó en Jerusalén, otro fue a Roma y otro a Constantinopla, y del cuarto se sacaron numerosas astillas para repartirlas por diversas iglesias del mundo entero y que llevaban los franciscanos en sus viajes promoviendo esta devoción, junto con la de la Sangre de Cristo de la que son también muy devotos, especialmente a partir de que el seráfico padre recibiera en su cuerpo las llagas de la pasión del Señor. Entre los numerosos vestigios de esto, nos encontramos con el título de mi Hermandad de la Santísima Veracruz y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, fundada en el seno de la Casa Grande de los Franciscanos en Sevilla y que por tanto nos une en común devoción.
Ver
tu cuerpo, Señor, crucificado,
Desfigurado,
muerto, abatido,
Entregado,
caído, yerto, hundido,
Imaginar
que todo ha terminado.
Más,
no puede haber finalizado,
Ni
ser, tu sacrificio, algo perdido;
Si
te miro, despacio, detenido,
En
verdad, te descubro, transformado.
Ya
no hay clavos ni corona ni espinas,
Tampoco
Cruz, madero infamante,
Son
potencias y rosas florecidas.
Aunque
roto parezca tu semblante,
Con
tu Sangre la Gloria es recibida:
Veo
al Rey, en su trono, triunfante.”
MAnuel Luis Salgueiro Sánchez
Pregón de la Semana SAnta de Dos Hermanas
El lema de la
Cruz estuvo permanentemente presente en el Pregón de la Semana Santa de Dos
Hermanas pronunciado por nuestro hermano Manuel Luis Salguero Sánchez la mañana
del Domingo de Pasión en el Teatro Municipal Juan Rodríguez Romero de la ciudad
nazarena.
Desde el
título de la edición impresa que nuestro hermano llamó La Calle de la Cruz, pasando por la presencia física en el
escenario del Teatro de una antigua Cruz del Santo Cristo de la Vera Cruz de
Dos Hermanas que presidía el acto flanqueada por cuatro blandones cedidos por
nuestra hermandad y sobre todo, la propia estructura del pregón que tuvo por
eje la Verdadera Cruz de Nuestro Señor.
Y es que el
Pregón, escrito en prosa poética, alude a la fundación de la Vera Cruz de Dos
Hermanas allá por 1544 y a la llegada a la entonces villa nazarena (dice la
tradición que lo trajeron en barco desde las Indias) de la antigua imagen del
Cristo de la Vera Cruz que todavía hoy procesiona en la tarde del Jueves Santo
como titular de la Hermandad de penitencia más antigua de dicha localidad. De
este modo la Cruz de Cristo es la bandera ondeada que sirve para describir la
importancia de la Vera Cruz, cómo la propia Cruz evangeliza Dos Hermanas
recorriendo los distintos barrios y las hermandades que en siglos posteriores
se fueron fundando.
Se trata pues de un Pregón de marcado carácter
historicista que menciona a todas las devociones nazarenas, siempre a la sombra
de la Cruz.
Y para referirse a su Hermandad de la Vera Cruz de Dos
Hermanas, relata inicialmente el prólogo del Viernes de Dolores, besapies del
Cristo, Vía Crucis y traslado al paso procesional, todo en un esquema similar
al de nuestra hermandad y que para la hermandad de Dos Hermanas constituye toda
una intensa jornada cultual. Y por otra parte, Manuel Luis Salguero, reza a su
Cristo de la Vera Cruz, siempre en prosa poética, describiendo la intimidad de
sus visitas a la Capilla y detalles del Jueves Santo nazareno cuando procesiona
la imagen más antigua de Dos Hermanas:
“Estar contigo, Cristo de la Vera
Cruz; ese es mi sino y mi deseo. Dará igual donde esté que siempre estaré
contigo. Poco importan las circunstancias, las esquinas de la vida. Todo es
irrelevante, nada puede al gozo de estar contigo.
…Soledad en la capilla, bancos
vacíos, apenas flores en tu altar. A veces gregoriano por compañía; otras, el
silencio es mi alegría, que te escucho mejor así, a solas tú y yo, un día y
otro día. Si siempre estás esperándome, qué me importa lo demás sino el gozo de
estar contigo.
Cómo te voy a hablar solo de
Jueves Santo, aunque podría decirte tantas cosas de este día…
A ti que un día te definí como el
costalero número treinta, el último de tu paso. Te llamé el corriente de la
cuarta trabajadora, donde está el cajillo de tu cruz y por el que bajas a
ayudar al esfuerzo de tu hermandad.
Podría hablarte de tus lirios,
del recuerdo en blanco y negro con sonido de la Guardia Civil…
Podría decirte de los rostros
asombrados y respetuosos ante tu presencia de la gente que en la calle te
espera… pero, no. Déjame que solo mire tu cara, que solo vea tu caminar porque
sigo viendo a mi madre en pos de ti, como tanto tiempo atrás.
Estar contigo es un continuo
volver a vivir, un regreso a la niñez, es reestrenar la vida. Porque se me
durmieron todos los años de mi infancia bajo el amparo de un crucifijo, bajo tu
amparo sobre mi cama.
Estar contigo recupera las
heridas como las que hicieron que te quedases tantos años en el altar de tu
Capilla sanando de las heridas que todavía hoy te provocamos con nuestra falta
de caridad y con esa manía que tenemos de usar tu nombre en vano.
Pero volviste a caminar. Siempre
vuelves a caminar con esa cruz que nos ofreces para seguirte, para amarte. Que
no hay nada como el gozo de estar contigo, Cristo de la Vera Cruz.
Había mucha gente en la calle
pero quería estar egoístamente solo contigo para que hablásemos de nuestras
cosas. Y aunque no merezco que escuches mi quejío me acordé de una letra por
soleá:
Déjame
solo esta tarde
que
tengo que hablar conmigo
y
tiene Dios que escucharme
Pero quien soy yo para semejante
honor, mi Cristo de la Vera Cruz, si solo soy un hermano más que a solas le
gustar estar contigo, Señor y Padre Nuestro, que no solo mío.
Quién soy yo me pregunté al
despertar de mi abstracción al entrar en San Sebastián, cuando me vi con un
trozo de tu Vera Cruz entre mis manos y no pude más que llorar tras mi antifaz,
ante el infinito gozo de estar contigo un año más.”
Francisco Berjano Arenado
Pregón de la Semana Santa de Sevilla
Y usando el machadiano modo: Y Sevilla… Fue nuestro hermano Mayor, Francisco Berjano
Arenado, el encargado de anunciar la Semana Santa a Sevilla en el Teatro de la
Maestranza ese mismo Domingo de Pasión.
Y aunque sonara en el mismo la marcha que D. Pedro Morales dedicara a
la Virgen de la Paz, el pregón fue un canto a la cruz de principio a fin: a la Cruz
y a la Vera+Cruz. Porque fue la Veracruz el guión sobre el cual fue contando lo
que para él es la Semana Santa, y entorno a la misma fue desgranando sus anécdotas, vivencias y sentimientos.
Que difícil extraer un solo fragmento del pregón de Quico. Con la
proclamación a toda la Sevilla Cofrade que “En
Tu Cruz, contigo quiero estar…” convertido ya en seña de nuestra hermandad,
rubrica una disertación profunda y comprometida de nuestro papel de cristianos
en el mundo actual. Pero sin duda es la breve oración de tan solo dos palabras
que dedica a la Stma. Virgen de las Tristezas el solemne colofón de este
recuerdo del año en que la Vera+Cruz se hizo pregón:
“No vamos a andarnos con misterios; no habrá lugar a
disquisiciones acerca de cuál será el guión a seguir en este pregón. No. Desde
el primer instante habido tras asumir mi condición de pregonero lo tuve claro;
el sustento, la base debe ser LA CRUZ, que es el bastión sobre el que se apoya
nuestra Fe.
Y es que el cofrade no puede ni debe acostumbrarse a
ese contacto rutinario con las imágenes sagradas, que son titulares de su
devoción. Igual que no debe haber ningún sacerdote a quien no le tiemble el
pulso y se le acelere el corazón cuando consagre, no debe haber ningún prioste
o vestidor que se acostumbre a su “manejo”, ni puede haber ningún acólito que
cuando esté ante el Altar no se impresione de esa cercanía con lo Sagrado, ni
puede haber ningún Hermano Mayor que se pasee con su vara delante de los pasos
o en los cultos, tan ufano, sin ser consciente de la responsabilidad que ha
contraído, ni de lo que hay detrás de Ese Cristo o Esa Virgen que su hermandad
venera y saca en procesión.
Recuerdo que, teniendo yo catorce o quince años, la
tarde de un veinticuatro de diciembre, estaba escuchando un disco de villancicos
que mi madre nos había regalado a mis hermanos y a mí. Era, como se decía antes
un single, vamos, que no era un longplay; de pronto, pensando en ella, en mi
madre terrena, que andaba por casa, y por razones que para mí se quedan,
comencé a llorar desconsoladamente; yo estaba en su habitación, que se
encontraba al fondo. Hubo un momento en que llegó y me encontró hecho un mar de
lágrimas; se asustó y me preguntó: hijo, ¿qué te pasa? Me resistí a responder
porque me daba vergüenza de decirle lo que sentía, porque, realmente, no tenía
motivos más que de alegría: contar con unos padres y con una familia que me
quería. Como insistió me vi obligado a decírselo: “porque te quiero”. Y por eso lloras? Anda… me abrazó, me animó
y se marchó. Fue la única vez en mi vida que de palabra se lo dije y lo hice
porque me cogió en mal momento. Contigo, VIRGEN DE LAS TRISTEZAS, no me
va a pasar.
A Ti te pido por nuestra Hermandad, para que nunca
se aparte del sendero que nos lleva hasta Tu Hijo, DIOS EN LA VERA+CRUZ, por
tus hijos - mis hermanos -, por mi familia, y también te pido que no me dejes
solo, que yo no me aparte de Ti, que me cuides, que estés siempre cerca,
siempre a mi lado y que cuando llegue el momento en que el Padre me llame,
salgas a mi encuentro, me agarres de la mano, tires de mí y juntos a la Gloria
lleguemos. VIRGEN DE LAS TRISTEZAS, contigo no me pasará lo mismo y por
eso, ahora que nadie nos oye te digo que eres mi Madre y ¡TE QUIERO, TE
QUIERO y TE QUIERO!.”
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