Publicado en la web ElCostal.org
Esta sencilla
jaculatoria resume en pocas palabras lo que representa esta antigua devoción al
Corazón de Jesús, tan arraigada en nuestra tierra, sobre todo en nuestros
mayores que nos la han transmitido de generación en generación y que recordamos
especialmente en el mes de junio. Al igual que mayo es el mes dedicado al
recuerdo de la Stma. Virgen, en junio consagramos nuestras oraciones al Sagrado
Corazón de Jesús “Corazón de Jesús,
abrasado en amor nuestro. Inflama nuestro corazón en amor tuyo”.
La devoción al
Corazón de Jesús es casi tan antigua como la propia Iglesia, pues desde sus
primero tiempos ya se meditaba sobre el costado abierto de Jesús por donde
brotó sangre y agua y nos dejó ver su Sagrado Corazón donde nació su Iglesia.
La popularidad le vino desde la visión de Santa Margarita María de Alacoque el
1673, en la que Jesús le mostraba su Corazón inundado de amor por todos y que,
sin embargo, recibía solo ingratitudes, por lo que pide una fiesta para honrarlo
prometiendo muchas “gracias” a quienes propaguen esta devoción. Esta fiesta fue
instaurada por S.S Pio IX en 1856.
“Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío”.
La devoción
al Dulcísimo Corazón se extendió rápidamente, calando muy profundo en el
pueblo. Se hicieron muy populares los “detente” o pequeño emblema de tela con
la imagen del Sagrado Corazón a modo de escapulario (sin ser tal), que los devotos llevan en el pecho como
protección contra las tentaciones y toda maldad, y cuyo uso se generalizó
especialmente desde 1866 por las epidemias de cólera de Amiens, Roubaix,
Cairo,… y en la guerra Franco-Alemana los detente fueron un “escudo” que
protegió a muchos soldados franceses de las balas enemigas.
Una de las
promesas de Jesús en la visión de Santa Margarita, fue bendecir las casas donde
se exhiba y se honre la imagen del Sagrado Corazón, y S.S. Benedicto XV
afirmaba que nada era más oportuno que la consagración de las familias al
Sagrado Corazón para proteger y perfeccionar la célula básica de la sociedad:
la familia, por ello se “entronizaba” la imagen del Sagrado Corazón en los
hogares (también en mi casa), aunque fuese con una pequeña placa tras la puerta
de entrada, cuyo significado es reconocer a Jesús como “Rey” de nuestra
sociedad y lograr que en las familias reine un espíritu cristiano.
“Sagrado
Corazón de Jesús, en Vos confío”.
En Sevilla y
desde 1798 es la hermandad de las Siete Palabras la primera en dar culto al Deífico
Corazón, y en mayo de 1940 se funda en la Parroquia de la Concepción Inmaculada,
la hermandad del Sagrado Corazón de Jesús, que tiene en junio sus días grandes
con los cultos y la salida procesional de la imagen del Divino Corazón por las
calles de la feligresía, cuya contemplación nos acerca a esta antigua devoción
al amor Divino, pero sobre todo nos trae a la memoria a nuestras madres y
abuelas, auténticas transmisoras del amor de Dios y a la Virgen, quienes al
vestirnos de pequeño con las ropas limpias, oliendo aun al jabón con el que se
guardaban en las antiguas cómodas de las casas familiares, no cesaban de repetir
esta jaculatoria: “Sagrado Corazón de
Jesús, en Vos Confío”.
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