El último siglo de
nuestra historia se ha caracterizado por los profundos cambios y avances
tecnológicos que tanta repercusión tienen en nuestra vida diaria que la han
actualizado en una evolución que difícilmente hubieran imaginado nuestros
abuelos. En los medios de comunicación este progreso se ha manifestado de una
manera espectacularmente rápida, prácticamente exponencial. De los libros, los
periódicos, el paso a la radio y televisión y el salto a internet y los móviles
nos ha catapultado a un universo nuevo y lleno de posibilidades, algunas ya
asumidas y otras muchas aun por
explorar. En éstos últimos días me ha llamado la atención la noticia de una
aplicación para rezar el rosario… ¿Una aplicación para rezar? Donde vamos a
llegar.
En un primer momento es
normal sorpresa, asombro, extrañeza, conmoción, incluso hasta susto. Es algo
tan nuevo y tan rompedor con lo hacíamos hasta ahora que puede causar todos
estos sentimientos pero, y si aprovechando esta aplicación hay quien reza el
rosario ¿no habrá cumplido su objetivo?
Juanma de Cirez @jarrillo_delata |
Seguramente nuestras
queridas cofradías fueran en su momento algo tan novedoso como esta aplicación
del rosario; imaginemos las caras de los ciudadanos del siglo XVI contemplando
el discurrir procesional de las mismas, que recordemos fueron impulsadas desde
el concilio de Trento para evangelizar al pueblo al contemplar los misterios de
la pasión, muerte y resurrección del Señor, en un tiempo donde ni había libros
y escaseaba la cultura para el pueblo llano. Por eso, atendiendo a esta razón
de ser, y teniendo en cuenta la sociedad actual, cualquier procesión, ordinaria
o extraordinaria, mientras consiga que haya quien se santigüe al contemplar las
sagradas imágenes, estará plenamente justificada su realización.
Y del mismo modo como
nuestras imágenes mueven los corazones cuando recorren la ciudad en sus pasos
procesionales o en andas a hombros de sus devotos, también lo hacen gracias a
las fotografías que diariamente vemos de ellas en nuestros mensajes de
whattsapp, twitter, instagram o Facebook, que nos dicen en voz baja que Él está
presente en todos ellos aunque no sepamos verlo a primera vista. De igual forma
rezamos todos los días cuando enviamos o recibimos los mensajes de nuestra
hermandad con ese salmo, cita, pensamiento u oración; así como leemos el
evangelio cuando nos lo envía nuestro diputado de guardia en el grupo de la
cofradía, de forma que, casi sin leerlo completo, recordamos dicho pasaje solo
con ver su principio, y así podríamos seguir…
Porque, en definitiva,
la tecnología no es más que otra herramienta a nuestra disposición con muchos y
diferentes usos y aplicaciones, entre ellos el ser canal de transmisión de la
Buena Noticia, de Jesús y de María, y como tal también nos ayudan a rezar.
Bienvenidos sean.
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