El besapiés
supone un elemento añadido a este valor que tienen las imágenes por cuanto el
pueblo no solo ve en ellas a Jesús, sino que nos lo acerca donde nuestro
entendimiento humano lo percibe como algo cierto, real, cercano, tangible…
“El orgulloso Rey David ha dejado su arpa con forma de cruz y comparece
maniatado: es primero de marzo en San Antonio Abad.” Con estas breves, y a la vez rotundas palabras,
nos situaba Carlos Colon en su pregón de la Semana Santa del ya lejano 1996 en
el besapiés de Jesús Nazareno. Besapiés que marca un día grande en lo que es el
año de la cofradía, pues constituye ese acercamiento de la imagen a los fieles
que nos afianza nuestra fe y la devoción a Jesús y María. La fe es la creencia y esperanza personal en la existencia de un ser
superior que se
manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la
verdad de aquello en lo que se cree. Aunque no necesitemos tener dichas
evidencias que justifiquen nuestra fe, la misma se ve reforzada cuando tiene algún
punto de apoyo, y uno muy importante son las imágenes sagradas.
La misma Iglesia, desde antigua tradición impulsada por el Concilio
Niceno II, defiende la veneración de las imágenes sagradas no solo como hecho
litúrgico significativo, sino como un elemento relevante de la piedad popular
en tanto que los fieles rezan ante ellas, se adornan con luces y flores, se
llevan en procesión, se colocan en nichos o templetes en el campo o en las
calles… Pero siempre teniendo en cuenta que se debe tener una formación adecuada
sobre esta veneración a las imágenes que la fundamente en una concepción teológica
adecuada, porque las imágenes no son objeto de culto en sí, sino como
representación que son de Cristo glorificado; memoria de los santos en ellas representados y
estímulo para su imitación pues el fiel tiende a imprimir en su corazón lo que
contempla con los ojos; como forma de catequesis, puesto que a través de ellas
el pueblo es instruido y confirmado en la fe por cuanto nos ofrecen medios para
recordar y meditar estos artículos de la fe. Pero lo fundamental es que no se las
venera por si misma sino porque los honores que se les tributan se refiere a
las personas a las que representan.
Acércate y
disfruta de Él, de su presencia, de su cercanía, de ese pellizco que te
sobrecoge el alma cuando sientes que El Señor verdaderamente posa sus ojos en
los tuyos.
El besapiés (o besamanos) supone un elemento añadido a este valor que
tienen las imágenes por cuanto manifiesta un acercamiento de las mismas al
pueblo que, no solo ve en ellas a Jesús, María y los Santos, sino que nos los
acercan aún más donde nuestro entendimiento humano los percibe como algo cierto,
real, cercano, tangible, y donde nuestro beso es la manifestación de nuestro
respeto, cariño, veneración, o lo que es lo mismo, la representación visible de
nuestra fe. ¿Qué supone entonces el hecho que por las actuales circunstancias
sanitarias no podamos tener contacto físico con la imagen mediante el tacto o
el beso?
Este fin de semana, primer viernes de marzo, he vivido en primera
persona un besapies sin besos. Hay que reconocer que en un primer momento
supuso una relativa incertidumbre sobre que había que hacer o no: ¿Puedo
acercarme? ¿Está el paso abierto? ¿Qué hago, me dirán algo? Nada no te vamos a
decir nada, solo acércate y disfruta de Él, de su presencia, de su cercanía, de
ese pellizco que te sobrecoge el alma cuando sientes que El Señor verdaderamente
posa sus ojos en los tuyos. Si bien cuando nos acercamos a besar su pie, nos
centramos tanto en ese beso y lo que representa que perdemos de vista su
imagen, el prescindir del tacto y del contacto nos ha llevado a que todo lo
hayamos fundamentado en ver su imagen y sentirla a nuestro lado a nuestro
nivel. En cierta medida lo sentí como cuando los ciegos suplen la carencia de
los ojos mediante las yemas de sus dedos, nosotros hemos suplido nuestros
labios y manos por sentirlo a través de nuestros ojos. Y sinceramente, ver las
caras de cuantos salían del besapies ha sido la demostración que, aunque sin
beso, el objetivo está cumplido. Besapies, viacrucis, o incluso el paso
procesional… acerquemos las imágenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario