Caridad es asistencia, la fe rezar juntos desde la distancia y la esperanza nos la dan en tantas
acciones que se llevan a cabo para hacer más entretenido este tiempo en casa.
Hace unos años
tuve el privilegio de ser el pregonero de la semana santa de la vecina
localidad de Pedrera, pueblo de mis suegros y al que me siento muy unido, no
solo por lazos familiares, sino también de amistad, al igual que siento mías
las devociones locales, que también trascienden las fronteras del pueblo. En el
pregón hacía referencia a las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad y
las asemejaba a los tres grandes fines de las hermandades, culto, formación y también
caridad. En esta cuarentena forzosa que nos ha tocado vivir y que nos ha
privado de nuestra cuaresma y semana santa a la usanza tradicional, asistimos a
un despliegue de ingenio y técnica, tanto de las hermandades como de la propia
Iglesia, que buscan sin descanso medios que ayuden a paliar la situación que
vivimos. También podemos encontrar un paralelismo entre estas acciones que se están
llevando a cabo y las virtudes teologales.
En primer lugar
caridad. Ya hablábamos de diversas acciones que están llevando a cabo las
hermandades movilizándose para atender a los mayores, bien ayudándoles con las
compras para que no tengan la necesidad de salir de casa, bien prestándole la
asistencia y cuidados que necesitan. Asistencia que también precisan muchos
padres que deben acudir a sus centros de trabajo y han de atender a sus hijos,
ahora en casa. El economato social que continua su actividad como la primera
necesidad que es, y al estar cerradas las casas de hermandad los teléfonos y
correos electrónicos de las distintas diputaciones y bolsas de caridad están
plenamente operativos para atender a quien lo precise.
La fe la estamos
viendo a diario en las diferentes propuestas que las cofradías están haciendo
llegar a sus hermanos bien a través de las redes sociales: rogativas, oraciones
diarias, ángelus..., o por los canales de retransmisión en streaming: los
cultos quinarios, septenarios, salves, ejercicio de las cinco llagas,...
incluso una simple foto o un video de alguna estación de penitencia pasada además
de un momento para recordar y acercarnos a nuestras devociones en momentos difíciles,
son también momentos para la oración si tenemos en cuenta que son Cristo y
María quienes entran en nuestros móviles, tabletas y ordenadores...
Y la
Esperanza... La esperanza nos la dan en tantas acciones que se llevan a cabo
para hacer más entretenido este tiempo en casa, sobre todo aquellas que tienen
como objeto a los hermanos más pequeños. Actividades de dibujo, pinturas,
relatos... También algunas webs amigas ponen su maquinaria en marcha para
entretener a pequeños y mayores: noticias, curiosidades, historia, trivials...
cualquier iniciativa que ponga un poco de esperanza en estos difíciles momentos
es bien recibida, pero siempre para esperanza la que nos traen los buenos
cofrades del mundo tuitero para alegrarnos las mañanas: “un poco de Esperanza cada
día” y “Buenos días nos dé mi Virgen de la Esperanza”
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