Porque quienes somos personas de
cofradías no podemos perder de vista que éstas son parte de la iglesia por
cuanto su principal fin es dar culto público a Jesús y no podemos menos de
celebrarle en el segundo día más importante del año para los cristianos.
Y es que
llevamos un tiempo que nos dejamos llevar por la economía del lenguaje y aprovechando
las distintas celebraciones de esta época del año solemos generalizar con un
Felices Fiestas, que si bien por una parte no es incorrecto del todo su uso,
parece que quitáramos protagonismo a lo que es centro de lo que conmemoramos en
estos días de fiesta y encuentros de familias y amigos. Porque quienes somos
personas de cofradías no podemos perder de vista que éstas son parte de la
iglesia por cuanto su principal fin es dar culto público a Jesús en alguno de
los misterios de su pasión, por tanto no podemos menos de celebrarle en el
segundo día más importante del año para los cristianos como es el de su venida al
mundo como hombre.
Porque en esta sociedad actual en que
las muñecas de famosa ya no se dirigen al portal porque mi padre es un elfo, cobran
más valor las imágenes de los Niños de Dios colgadas de nuestras ventanas y los
nacimientos que montamos en nuestras casas.
Porque en esta
sociedad actual en que las muñecas de famosa ya no se dirigen al portal porque
mi padre es un elfo, cobran más valor las imágenes de los Niños de Dios
colgadas de nuestras ventanas y los nacimientos, o simplemente los “misterios”,
que montamos en nuestras casas, pues son la muestra de lo que es importante
celebrar para nosotros en estos días en que aprovechamos para manifestar
nuestro cariño a familiares y amigos con quienes compartimos estos entrañables
momentos y a la vez con aquellos seres queridos que ya no los tenemos físicamente
y que gracias a nuestro recuerdo permanecen siempre con nosotros.
Por ésto: por
los que son, los que están y los que se fueron; por los que tienen y los que
no; por los que creen, los que creerán y los que no lo harán; por quienes viven
bien y los que sufren penurias, guerras y otras calamidades; por quienes están
con los suyos y por los que no tienen con quien estar; por lo que
esté en nuestra mano para ayudar a quien lo necesite y por hacer felices a los que
nos rodean. Por todo aquello que nos dejó en su años entre nosotros aquél, cuyo
nacimiento recordamos cada nochebuena y cuyo mensaje aún perdura después de más
de dos mil años, simplemente -que no es poco- te deseo FELIZ NAVIDAD.
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