Desde el primer momento de encierro decretado, las
hermandades han hecho uso de las herramientas que tienen a su alcance para estar
en contacto con sus hermanos, transmitiendo mensajes de cercanía, de apoyo y de
oración.
Hemos
culminado la semana santa, tan especial que nunca la hubiéramos imaginado. Hemos
conmemorado la pasión, muerte y resurrección de Jesús, por supuesto aunque no
de la manera que nos es propia y habitual, y no solo por no haber tenido las procesiones
que es el santo y seña de nuestra cultura popular de siglos, sino por la
imposibilidad de estar presentes en los templos para celebrar los misterios de
nuestra fe. En este tiempo pascual en el que celebramos la más grande gloria de
nuestra creencia, es el habitual momento para reflexionar sobre lo acontecido
en la pasada semana santa, este año sin pasos. Tan excepcional ha sido que las
hermandades han tenido que hacerse presentes
ante sus hermanos a través de las redes sociales y medios de comunicación, que
ha resultado ser el camino más fácil y directo.
De todos es
sabido que el uso de las redes sociales en las hermandades no ha sido algo con
plena aceptación desde el primer instante, pero han resultado ser la vía
directa de comunicación con los hermanos. Así, desde el primer momento de
encierro decretado, las hermandades han hecho uso de las herramientas que
tienen a su alcance para estar en contacto con sus hermanos, incluso las más
reticentes han transmitido mensajes de cercanía en esta cuaresma encerrada; de
apoyo ante las dificultades que estamos viviendo y que vendrán; de oraciones que
compartir para pedir por los enfermos y fallecidos y por la salud de todos, de unirse
a parroquias y el arzobispado para llevar la eucaristía dominical y, como no, los
íntimos viacrucis y actos de piedad cuando no es posible realizar la estación
penitencial.
La propia
Iglesia ya nos dice que estos medios, bien utilizados, son un camino para la evangelización,
el Papa San Pablo VI en su decreto “Inter Mirifica” (Entre los maravillosos inventos…) sobre los medios de comunicación
social, nos dice en el inicio de su número 3 “La Iglesia católica, fundada por Cristo el Señor para llevar la
salvación a todos los hombres y, en consecuencia, urgida por la necesidad de
evangelizar, considera que forma parte de su misión predicar el mensaje de
salvación, con la ayuda, también, de los medios de comunicación social, y
enseñar a los hombres su recto uso.”
Y ¿cuál es
el beneficio que obtenemos la hermandades por utilizar las redes sociales y
medios de comunicación? Beneficio y responsabilidad, obviamente, a tenor de lo
que nos indica la Iglesia. Es beneficio porque nos favorece el contacto con los
hermanos, habiendo creado hermandad donde teníamos aislamiento. Es beneficio
porque nos ofrece sentir la cercanía de la hermandad incluso en la distancia,
esto pensando en nuestros hermanos que viven en otra localidad distinta que no
permita los desplazamientos habituales a la capilla y casa de hermandad. Es
beneficio porque son medios económicos y sobre todo nos permiten una inmediatez
en la recepción de los mensajes. Es beneficio porque ha permitido la
participación en ésta particular estación de penitencia vivida este año. Es
beneficio porque en todos nuestros mensajes están Jesús y María. La
responsabilidad es utilizarlos de forma adecuada y seria, precisamente porque
en todos los mensajes están Jesús y María, porque transmiten y son el
escaparate, la imagen de la hermandad y también de la Iglesia, como parte de
ella que somos. En nuestra mano está aprovecharlos y darles un uso correcto.
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