martes, 14 de abril de 2020

Comunicación


Desde el primer momento de encierro decretado, las hermandades han hecho uso de las herramientas que tienen a su alcance para estar en contacto con sus hermanos, transmitiendo mensajes de cercanía, de apoyo y de oración.

Hemos culminado la semana santa, tan especial que nunca la hubiéramos imaginado. Hemos conmemorado la pasión, muerte y resurrección de Jesús, por supuesto aunque no de la manera que nos es propia y habitual, y no solo por no haber tenido las procesiones que es el santo y seña de nuestra cultura popular de siglos, sino por la imposibilidad de estar presentes en los templos para celebrar los misterios de nuestra fe. En este tiempo pascual en el que celebramos la más grande gloria de nuestra creencia, es el habitual momento para reflexionar sobre lo acontecido en la pasada semana santa, este año sin pasos. Tan excepcional ha sido que las hermandades han tenido que  hacerse presentes ante sus hermanos a través de las redes sociales y medios de comunicación, que ha resultado ser el camino más fácil y directo.

De todos es sabido que el uso de las redes sociales en las hermandades no ha sido algo con plena aceptación desde el primer instante, pero han resultado ser la vía directa de comunicación con los hermanos. Así, desde el primer momento de encierro decretado, las hermandades han hecho uso de las herramientas que tienen a su alcance para estar en contacto con sus hermanos, incluso las más reticentes han transmitido mensajes de cercanía en esta cuaresma encerrada; de apoyo ante las dificultades que estamos viviendo y que vendrán; de oraciones que compartir para pedir por los enfermos y fallecidos y por la salud de todos, de unirse a parroquias y el arzobispado para llevar la eucaristía dominical y, como no, los íntimos viacrucis y actos de piedad cuando no es posible realizar la estación penitencial.

La propia Iglesia ya nos dice que estos medios, bien utilizados, son un camino para la evangelización, el Papa San Pablo VI en su decreto “Inter Mirifica” (Entre los maravillosos inventos…) sobre los medios de comunicación social, nos dice en el inicio de su número 3 “La Iglesia católica, fundada por Cristo el Señor para llevar la salvación a todos los hombres y, en consecuencia, urgida por la necesidad de evangelizar, considera que forma parte de su misión predicar el mensaje de salvación, con la ayuda, también, de los medios de comunicación social, y enseñar a los hombres su recto uso.”

Y ¿cuál es el beneficio que obtenemos la hermandades por utilizar las redes sociales y medios de comunicación? Beneficio y responsabilidad, obviamente, a tenor de lo que nos indica la Iglesia. Es beneficio porque nos favorece el contacto con los hermanos, habiendo creado hermandad donde teníamos aislamiento. Es beneficio porque nos ofrece sentir la cercanía de la hermandad incluso en la distancia, esto pensando en nuestros hermanos que viven en otra localidad distinta que no permita los desplazamientos habituales a la capilla y casa de hermandad. Es beneficio porque son medios económicos y sobre todo nos permiten una inmediatez en la recepción de los mensajes. Es beneficio porque ha permitido la participación en ésta particular estación de penitencia vivida este año. Es beneficio porque en todos nuestros mensajes están Jesús y María. La responsabilidad es utilizarlos de forma adecuada y seria, precisamente porque en todos los mensajes están Jesús y María, porque transmiten y son el escaparate, la imagen de la hermandad y también de la Iglesia, como parte de ella que somos. En nuestra mano está aprovecharlos y darles un uso correcto.

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