lunes, 9 de septiembre de 2019

Relevos


Un año más, el inicio del verano ha venido marcado por nuevos procesos electorales en las hermandades y los que se presentan en el inicio del nuevo curso. Con sombras, con luces, a  veces con campañas más copiadas de los usos políticos que de los modelos tradicionales cofrades, estrategias, videos, publicidad, tres cuartos al pregonero quizás buscando más el impacto en los de fuera que en los propios hermanos; promesas electorales: algunas posibles, otras imposibles por no depender su cumplimiento del candidato que las hace; programas y declaración de intenciones, la mayoría de sota caballo y rey que multiplicado por tantas hermandades se convierte en un cansino círculo.

En la web amiga El Costal, tuve la ocasión de compartir una reflexión sobre como entiendo que debe ser un miembro de junta de gobierno, y hay un aspecto sobre el que me gustaría pararme en esta ocasión siendo, a mi entender, uno de los más importantes en el quehacer de una junta de gobierno como es preparar bien los relevos.

Las personas no somos eternas, pasamos, y nuevas generaciones de cofrades van tomando las riendas de las hermandades. En mis titantos años en el mundo cofrade he tenido la suerte de haber pertenecido a varias juntas de gobierno, de haber trabajado tanto dentro como fuera de las mismas y he tenido la gran fortuna de compartir estas tareas, en estos últimos años, con hermanos que formaban parte del grupo joven en mis primeras juntas, cumpliéndose casi siempre que la savia nueva supera a los que les precedimos.

Es muy importante que cuidemos y velemos por la formación de los jóvenes de hoy, no solo en cuanto a lo que formación religiosa y litúrgica nos compete por el tipo de asociaciones que somos, sino a nivel de gestión interna de nuestras corporaciones. Si bien el punto inicial de contacto de la juventud con los entresijos de la hermandad suele ser a través de la priostía, donde nos iniciamos en el arte del “tarnishield” y bicarbonato y alcohol para la limpieza de plata, y del “politus” para las maderas, es importante también el acercamiento a la secretaria donde antes poníamos etiquetas y sellos a los sobres y mientras tanto escuchábamos a los secretarios despachar los diferentes asuntos de la hermandad, correspondencia, actas, libros de hermanos, etc. Del mismo modo en Mayordomía, sellando y preparando las participaciones de la lotería de navidad, colaborando en la venta de estampas y fotos en las mesas dispuestas a tal fin en los besamanos y el día de la salida procesional. Colaborando en las diferentes diputaciones en las diferentes tareas que les competen, lo que hace que, además de colaborar en la actividad diaria de la hermandad,

Pero si es importante que desde las “juntas” se cuide y se forme a la juventud, no lo es menos que la juventud ha de estar también dispuesta a trabajar codo con codo con los oficiales de las juntas de sus hermandades, y en esto tengo constancia de una mayoría de jóvenes que se integran en su hermandad, siendo muy importante que desde las corporaciones se busquen las formas para que, cuando las circunstancias personales y el paso de la vida de estudiante a la de trabajador sea una realidad se procure buscar los medios para que estos jovenes no se distancien de la hermandad y sigan integrados activamente en ella.

No se trata de hacer una lista de sucesión programada de por vida en las juntas. Partimos de la premisa que todo hermano tiene el derecho de presentarse como candidato a miembro de junta como explicaba en el post que mencionaba al principio de esta reflexión. Lo fundamental es tener hermanos bien formados, preparados y dispuestos a tomar las riendas de la hermandad cuando llegue el momento para que, de esta manera, puedan perpetuarse las corporaciones en muchos más años de historia.

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